Hace algunas semanas una amiga que se casa dentro de poco me contó una pesadilla reciente y que no dejaba de dar vueltas por su cabeza: llegaba el día de la boda y -al irse acercando a saludar a sus invitados- podía escuchar todos las críticas y los pensamientos negativos que estos iban teniendo sobre cada detalle de la organización de su enlace.
Esta anécdota me hizo reflexionar sobre todos los pequeños fallos que se cometen habitualmente en las bodas y lo sencillo que es resolverlos si les prestamos un mínimo de atención.
Basándome en mi experiencia, y para que tanto mi amiga como vosotros podáis estar tranquilos y confiar en que en vuestra boda todo saldrá perfecto, he preparado un pequeño decálogo que espero os ayude a evitar los errores más habituales que cometen los novios en la organización de su gran día.
Fotografía © Lorena San José
1. Copiar y comparar
Con el boom de las redes sociales se ha producido un fenómeno curioso: la presión por conseguir que la nuestra sea una boda de revista ha crecido notablemente y -además- tenemos acceso a fuentes infinitas de inspiración porque podemos acceder a las imágenes de los enlaces de todo tipo de parejas.
¿Cuál es el problema que genera este escenario?, que muchos novios caen en el error de querer reproducir cada detalle de las bodas de famosos, familiares y/o amigos y comparan constantemente sus elecciones con las que otros hicieron antes que ellos.
No olvides que tu boda tiene que ser personal, transmitir tus gustos y adecuarse a tu estilo, tus circunstancias y, también, a tu presupuesto; una boda a lo grande no es necesariamente una boda más bonita y seguir las tendencias al pie de la letra puede hacer que -al cabo de pocos años- no te sientas identificado con las imágenes de tu gran día.
2. No comprobar las condiciones de los contratos de nuestros proveedores
Este problema es una de las mayores fuentes de disgustos para las parejas que van a casarse y posiblemente sea el más sencillo de evitar.
Exigir un contrato por escrito a los profesionales que trabajarán para nosotros es básico si queremos asegurarnos de que todo será perfecto y es también la única forma de poder reclamar a posteriori si -desgraciadamente- algo no sale bien el día del enlace.
Revisa cada cláusula: tiempos de entrega, formas de pago y características del producto o servicio contratado y no des nada por hecho; las posibles negociaciones para aclarar los puntos clave se desarrollan mejor y con más calma si aún queda margen de tiempo suficiente hasta la boda.
Presta también mucha atención a cumplir con las condiciones que te impliquen a ti: no hay nada peor que una llamada durante tu luna de miel sacándote los colores por haber dejado un pago pendiente.
3. Centrar excesivamente el foco en los novios o en los invitados
Este error se produce muy a menudo tanto en un sentido como en el contrario: hay tantas bodas en las que los novios se olvidan de las necesidades de sus invitados como bodas en las que -por dar gusto a todo el mundo- los novios renuncian a cosas que para ellos eran importantes o les hacían ilusión.
Encontrar un punto de equilibrio puede ser complicado, pero en este caso resulta esencial.
Ten claro que los protagonistas de ese día debéis ser vosotros y que sois los primeros que tenéis que disfrutar de cada detalle, pero también tenéis que pensar en la comodidad de las personas que os acompañarán el día de vuestra boda.
Fotografía © Casilda de la Pisa
4. No tener en cuenta la capacidad del lugar
Casi todas las parejas son muy conscientes de que necesitan un salón o carpa con dimensiones adaptadas al número de asistentes a su boda, pero os sorprendería cuántas de ellas pasan por alto que también es necesario pensar en la capacidad del lugar donde se desarrollará la ceremonia.
Si la ermita, capilla o estancia donde vas a celebrar tu enlace es muy pequeña y cuenta con pocos asientos, asegúrate de que haya puestos reservados suficientes para acoger a tus testigos, familiares directos y amigos más cercanos.
Si, en cambio, el lugar es muy grande y tienes un número reducido de invitados, busca la manera de delimitar el espacio con flores u otros elementos para que los asistentes ocupen exclusivamente las primeras filas del templo o salón y la ceremonia resulte más acogedora.
En el caso de que tampoco estés seguro de la capacidad del lugar donde van a desarrollarse el cóctel y el convite, es conveniente que contactes con los gestores del espacio para que te envíen sus dimensiones.
Calcula con cuidado si ese lugar cuenta con espacio suficiente para acoger cómodamente a todos tus invitados durante el aperitivo y ten en cuenta que será necesario situar algún rincón con asientos para quienes lo deseen.
Para calcular el aforo del lugar donde se desarrollará el almuerzo o cena no olvides sumar al diámetro de los tableros de las mesas donde se sentarán los comensales el espacio que ocuparán estos últimos una vez sentados y un margen suficiente entre mesas que permita el paso de los camareros. Otros elementos como columnas, salientes o espacios demasiado cerca de cocina, aseos, etc. pueden hacer que ciertas zonas no puedan acoger mesas en su entorno; comprueba con antelación que todos tus invitados podrán disfrutar de tu día en las mejores condiciones.
5. No calcular bien el volumen y los horarios de los autobuses
El servicio de transporte en una boda tiene que estar diseñado pensando en la comodidad de aquellos que harán uso de él y, por lo tanto, es necesario calcular con precisión tanto el número de plazas necesarias como los momentos en los que es más adecuado programar los desplazamientos.
Pide siempre a tus invitados confirmación previa de su intención de utilizar los autobuses y busca un punto de recogida cómodo y fácil de localizar.
Para los turnos de vuelta, valora la hora de fin prevista para el almuerzo o cena para que aquellos que estén cansados puedan regresar a sus casas poco después de abrirse el baile y calcula cuántos horarios de trayecto de vuelta pueden ser necesarios dependiendo de la duración de tu barra libre.
6. No consultar el parte meteorológico
Está claro que el tiempo es un factor imprevisible y que no podemos conocer hasta el mismo día de la boda. Sin embargo, si te casas en una época del año en la que tormentas o temperaturas extremas puedan afectar a la organización de tu enlace, ten claro que será imprescindible contar con un plan B para cualquier parte de la boda que planees organizar en exterior. En este post con consejos para bodas al aire libre puedes encontrar algunas ideas útiles.
Fotografía © Sara Frost
7. Abusar de sorpresas y detalles
Como dice el refrán popular: ‘lo poco gusta y lo mucho cansa’. Cuidar los pequeños detalles y personalizar regalos o rincones te ayudará a hacer tu boda más especial para tus invitados, pero si cada esquina esconde una sorpresa y el ritmo de la boda se ve constantemente interrumpido por mensajes, vídeos o coreografías corres el riesgo de cansar a los asistentes y que desconecten de lo que se celebra ese día.
8. Beber mucho y comer poco
Este punto parece obvio y fácil de evitar, pero en la práctica es el más difícil de cumplir. Los constantes brindis y saludos pueden hacerte el flaco favor de consumir más alcohol de la cuenta y dejar intacto en el plato ese delicioso menú que tanto te costó escoger.
Indica amablemente a los tuyos que quieres disfrutar del almuerzo con las personas con las que compartes la mesa y que más tarde te acercarás a saludarles y recibir su enhorabuena.
9. Perder regalos y otras pertenencias
Aunque poco a poco ha ido cayendo en desuso, aún hay personas que mantienen la costumbre de entregar sus regalos de boda a los novios el propio día de la celebración del enlace. Puedes encontrarte con sobres con dinero y otros detalles pasando de mano en mano y que estos desaparezcan por arte de magia cuando quieres recuperarlos.
Busca un lugar recogido en el que poder ir colocando estos pequeños paquetes y otros objetos personales como tu estuche de maquillaje, los zapatos de repuesto o alguna prenda de abrigo para poder acceder a ellos rápidamente y sin sorpresas.
10. Alargar excesivamente la barra libre
No hay pareja de novios a la que no le de pena darse cuenta de que su boda ha terminado, por eso muchos de ellos comenten el error de pedir ampliación tras ampliación de su barra libre pese a que la mayor parte de sus invitados ya hayan regresado a sus hogares.
Decidid entre los dos una hora máxima para que acabe vuestra fiesta y un volumen aproximado de invitados que justifique la necesidad de alargar la barra libre, así evitaréis sorpresas en la factura y podréis descansar para ir preparados a vuestra luna de miel.