Posiblemente, la del 31 de diciembre sea la noche con más magia del año.
Con una copa en la mano y rodeados de los nuestros, sentimos que todo es posible y no podemos evitar dejarnos llevar por una mezcla efervescente de emociones que no conseguimos describir con claridad porque baila a su propio ritmo saltando de la añoranza por todo lo vivido a la ilusión por lo que está por venir.
No os descubro nada nuevo si os hablo de la lista interminable de tradiciones que existen para invocar la buena fortuna en la última noche del año: desde comer lentejas para atraer el dinero, a vestir prendas íntimas de color rojo para llamar al amor, pasando por poner la suerte de nuestro lado con un anillo de oro dentro de nuestra copa o encendiendo velas para alumbrar el camino a los buenos momentos que tenemos por delante.
De todas ellas, mi favorita siempre ha sido la más tradicional: acompañar las doce campanadas con doce uvas para que el Año Nuevo venga cargado de felicidad; pero de un tiempo a esta parte me gusta adaptar esta costumbre y -mientras suenan de fondo las campanas del reloj de la Puerta del Sol- yo me concentro muy fuerte en pedir un deseo diferente con cada una de ellas.
Este año, además, me hace especial ilusión compartir mis deseos para 2019 con todos vosotros, porque me he dado cuenta de que -de un modo u otro- contáis con un papel muy importante en todos ellos.
Por eso, aprovecho estas líneas para proponeros un brindis con el que os envío todo mi cariño y -además- os doy las gracias por 365 días de confianza, trabajo y sueños cumplidos.
Fotografía © Noemí Jariod
Con mi uva número 1 desearé… seguir haciendo felices a muchas parejas, poniendo mi trabajo al servicio de sus ilusiones para que su boda sea tan bonita, especial y entrañable como ellos siempre soñaron.
Con mi uva número 2 desearé… mantener el vínculo tan especial que establezco con los novios y novias que me eligen para formar parte de la organización de su boda, porque no hay mayor orgullo que el que siento cuando me guiñáis un ojo desde el otro lado del salón o cuando nos abrazamos al encontrarnos años después de vuestra boda cualquier día por la calle.
Con mi uva número 3 desearé… conservar intactas las ganas que me llevaron ya hace 5 años a poner en marcha CRISTINA & co., porque para alcanzar la excelencia no hay mejor motor que la ilusión.
Con mi uva número 4 desearé… fuerza y energía para emprender nuevos proyectos que me permitan crecer en experiencias y aprender cada día un poquito más. En este sentido 2019 va a ser un año muy especial, porque -además de seguir esforzándonos día a día para que La Estación sea el escenario perfecto para bodas y eventos industriales en nuestro país- mi socio Jorge Pascual y yo hemos dado los primeros pasos para poner en funcionamiento un nuevo espacio, El Andén, del que muy pronto os hablaremos y que nos tiene muy, muy emocionados.
Fotografía © JFK Imagen Social
Con mi uva número 5 desearé… que tengamos la suerte de recibir en nuestro estudio propuestas que nos supongan un reto, porque nada nos apasiona como la aventura de sacar adelante lo imposible.
Con mi uva número 6 desearé… que nuestro estudio crezca en número acogiendo nuevos miembros en nuestro equipo, porque no se me ocurre mayor suerte que contar con ideas nuevas, miradas nuevas y sonrisas nuevas al abrir la puerta de la oficina cada mañana.
Con mi uva número 7 desearé… flores, muchas flores. Porque con ellas este año he descubierto una nueva forma de expresarme y de transmitir mi amor por las cosas bellas y no hay nada que me haga más ilusión que seguir desarrollando mis conocimientos y habilidades en el campo de la botánica y el arte floral.
Con mi uva número 8 desearé… seguir disfrutando de experiencias y contextos que me inviten a explorar mi creatividad. Dejarme empapar por nuevos sabores, paisajes y conceptos que estimulen mis sentidos para dotar de carácter a cada trabajo que desarrollemos.
Fotografía © Jaime Boira
Con mi uva número 9 desearé… tener los ojos bien abiertos para encontrar nuevas fuentes de inspiración que me ayuden a conseguir que las bodas CRISTINA & co mantengan su esencia pero se vuelvan aún más especiales, personales y sorprendentes.
Con mi uva número 10 desearé… muchas risas y aventuras con mis compañeros de sector, porque una de las partes más adictivas de este trabajo es la oportunidad de coincidir con gente fascinante que además de grandes profesionales, demuestran ser grandes amigos.
Con mi uva número 11 desearé… conocer nuevas firmas de diseño nupcial, restauración, arte floral o fotografía que llenen nuestras carpetas de inspiración y renueven mis ideas sobre cómo sería la boda de mis propios sueños.
Con mi uva número 12 desearé… que 2019 traiga consigo la mayor de las suertes: vuestra sonrisa al otro lado de la pantalla con cada nueva entrada de este blog.
Fotografía © La Fotografía de tu Boda