Cómo hacer de tu boda un cuento de invierno
Casarse en invierno es pura actitud.
En nuestro estudio lo sabemos bien, porque -además de haber organizado dos ediciones de la Feria Love & Winter para las que llevamos a cabo propuestas tan especiales como las que puedes ver aquí y aquí– tenemos la suerte de que varios de nuestros novios han escogido la magia de esta época del año para celebrar su enlace.
Cuando una pareja cruza las puertas de nuestro estudio y nos plantea el reto de organizar una boda de ensueño entre noviembre y marzo, comenzamos a vibrar. Porque nos enamora la luz de los meses más fríos, porque sabemos que esa novia escogerá un look fuera de lo convencional y porque una boda en invierno garantiza unos novios con carisma, dispuestos a arriesgar y para los que la lluvia y la nieve suman más que restan.
¿Se os ocurre una combinación de factores más interesante para estimular nuestra creatividad?
Fotografía © Sara Frost
Por supuesto, las bodas de invierno plantean ciertas dificultades -y por eso en este tipo de boda recomendamos especialmente que contéis con la ayuda de un profesional-, pero también son muchas las ventajas de apostar por una boda fuera de temporada: es probable que tus proveedores favoritos tengan mayor disponibilidad de fechas, quizá algunos de ellos cuenten con una oferta de precios especial para temporada baja, tus invitados se habrán recuperado de la saturación de bodas del verano y -sobre todo- podremos crear juntos una propuesta global muy diferente y especial.
Conseguir que una boda se convierta en una experiencia de cuento siempre tiene mucho de trabajo técnico y gestión, pero de manera especial en las bodas que se celebran en esta estación porque nos enfrentamos a un enemigo evidente: el frío.
Nuestra lista de prioridades comenzará con la localización de un espacio que reúna las condiciones imprescindibles para garantizar el confort de nuestros invitados, deberemos acondicionar el lugar de la ceremonia para que la temperatura sea agradable y nos preocuparemos por escoger un estilismo de novia apto para soportar las inclemencias del tiempo.
También deberemos cuidar de manera especial la decoración, porque cumplirá un papel importante a la hora de transmitir calidez.
A continuación os presento tres conceptos muy diferentes para lograr que vuestra boda se convierta en el cuento de invierno ideal.
Fotografía © Neima Pidal
Si vuestra boda se celebra en diciembre, es muy probable que tengáis en mente una boda de inspiración navideña.
Apostar por el ambiente entrañable y acogedor de estas fechas es una opción con garantía de éxito porque -como puedes leer en esta entrada– la Navidad es una fuente inagotable de ideas que se pueden aplicar a la celebración de vuestro enlace.
Para mí, la clave de una perfecta boda navideña se encuentra en lograr el equilibrio justo entre los guiños a la tradición y un concepto contemporáneo.
Para lograrlo podemos jugar con las texturas rústicas, mezclar tonos neutros con estampados de aire escocés e incorporar mantas, velas y otros elementos que nos ayuden a trasmitir sensación de hogar, obviando elementos puramente navideños como los tonos dorados o el acebo.
Fotografía © La Fotografía de tu Boda
Atrévete a reinterpretar detalles como el Árbol de Navidad o el Calendario de Adviento y conviértelos en protagonistas de la decoración del enlace -puedes utilizarlos como soporte para un seatting plan diferente o en un rincón habilitado como photocall – y no pierdas de vista que una boda requiere de elegancia y sofisticación. Para conseguir este efecto apuesta por la excelencia en los materiales e incorpora adornos de cristal o cerámica artesanal que puedas conservar como recuerdo para utilizarlos cada año o entrégalos como detalle a tus invitados.
Fotografía © Sara Frost
Si casarte en Navidad no te convence, no tienes por qué renunciar a una boda de invierno. Hay muchos otros detalles propios de esta época del año que nos pueden ayudar a diseñar un planteamiento decorativo romántico, sofisticado y muy, muy invernal.
El color blanco es la tonalidad por excelencia tanto de las bodas como de esta época del año y otorgarle el papel protagonista de la propuesta decorativa puede ser un gran acierto.
Esta es una de mis opciones favoritas para este tipo de enlaces, y para contrarrestar su sobriedad me gusta incorporar detalles naturales como guirnaldas y flores de temporada que le otorguen vida al conjunto.
Los tulipanes y las anémonas tienen una línea elegante y sofisticada que encaja perfectamente con una propuesta minimalista; presentándolos en soportes de materiales fríos como la porcelana lacada, el cristal y los metales en tonos plata y acero conseguiremos una composición fresca y moderna sin renunciar a la dulzura propia de este tipo de eventos.
Fotografía © Elena Bau
Mi última propuesta sigue justo la dirección opuesta: una preciosa boda de invierno de inspiración barroca.
Brocados, terciopelos, cristal tallado… Texturas nobles y un punto de extravagancia para envolver a nuestros invitados en una atmósfera digna de un palacio imperial.
Rescata la estola de piel de la abuela por la que se pelean todas las mujeres de tu familia y haz de ella el eje sobre el que girará todo tu look de novia; apuesta por los tonos joya como el granate o el esmeralda para dominar la paleta cromática de tu decoración y no te olvides de incluir velas, candelabros e incluso plumas para aportar un aire decadente al conjunto.
Si el espacio donde celebrarás tu enlace cuenta con chimenea, puedes aprovechar ese rincón para ubicar el seatting plan encargando a un calígrafo que elabore tu distribución de mesas a modo de árbol de familia. Preséntalo junto a flores, frutas, espejos y otros elementos decorativos para transmitir la sensación de que recibes a tus invitados en vuestra casa familiar.
Cuando llegue el momento del baile, te sentirás una auténtica zarina rusa.
Fotografía © Patricia Semir
